¿Cuándo acudir a un psicólogo?

En más de una ocasión seguro que te has preguntado si deberías acudir a un psicólogo, si tu problema es realmente importante, o si solo estas “exagerando”. En primer lugar, si te has planteado esto, quizás es que si necesitas acudir a uno, y no necesariamente porque tu problema sea imperial, sino, precisamente, para que no llegue a serlo.

Todos tenemos claro qué hacer cuando tenemos fiebre o nos duele, de repente, mucho, la garganta: vamos corriendo al médico. Pero ninguno tenemos claro cuándo debemos acudir a un psicólogo, ya sea por la falta de “síntomas visibles” o por la poca educación y el alto estigma que hay ante ello.

Así que, yo psicóloga y admiradora de todo aquel que pide ayuda, os traigo algunas claves para aclarar cuándo ir a un psicólogo:

9 claves para saber cuándo acudir a un psicólogo:

  • Tienes un malestar generalizado que te impide seguir con tu día a día. Estas constantemente sintiendo sufrimiento, pero no llegas a averiguar cual es el motivo exacto.
  • Has perdido el control de tus emociones: a veces lloras, en otras ocasiones sientes tristeza o angustia… pero, además, ni cómo ni porqué.
  • La situación te supera : sientes que tu solo ya no puedes afrontarla, estás agotado y necesitas ayuda.
  • Tienes ansiedad que aparece “sin ninguna explicación”, de repente sientes que tus nervios se descontrolan, palpitaciones, sudores…o dolores “sin ningún porqué”, que no reconoces o asocias con ninguna patología.
  • No eres capaz de resolver problemas de tu vida con subjetividad y de forma coherente, cómo podrías haberlo hecho antes. Lo que antes te parecía fácil ahora se te hace un mundo. Sientes que te bloqueas y que no avanzas.
  • Has perdido el sentido de tu vida.
  • Tus pensamientos son más negativos que positivos y tienden al catastrofismo.
  • Tienes comportamientos límite y con agresividad que no puedes controlar. Sientes incluso que “no eres tú mismo”, actúas diferente y no terminas de reconocerte.
  • Tienes problemas para conciliar el sueño , descansas peor. Te despiertas antes de lo normal, tardas en quedarte dormido/a o duermes a trompicones.

No se necesita estar mal para pedir ayuda.

Resaltar que lo más importante es que no hace falta esperar a estar bajo tierra para pedir ayuda. No es necesario, ni saludable. Se puede potenciar, mejorar o equilibrar algún aspecto, sin necesidad de que sea una patología.

Obviamente solo tú sabes cómo estás y solo tú puedes ayudarte pidiendo ayuda. Estos son algunos tips que te pueden servir de empujón para decidirte, pero tú eres el que realmente sabe cómo está y cómo quiere estar.

Ir, o no, a terapia, depende de ti y si tú crees que necesitas ayuda PÍDELA, siempre (te sientas identificado, o no, en este post).

Compártelo, con quien creas que puede servirle de ayuda.

Suscríbete a la newsletter

Semanalmente compartimos reflexiones personales, contenido interesante sobre psicología, nutrición, yoga y hablamos juntas de los días más destacados del año.