Aprende a desconectar

 

Llegan las vacaciones, el sol, los días más largos… y, sin embargo, muchas personas no logran sentirse realmente en descanso. A pesar del anhelo por “desconectar”, a menudo nos encontramos revisando correos, planificando en exceso o sintiéndonos culpables por no ser “productivos”.

🧠 ¿Qué pasa en nuestra mente cuando intentamos descansar?

Vivimos en una cultura que valora el hacer por encima del ser. Desde pequeños, aprendemos que estar ocupados es sinónimo de valor personal, y que el descanso es un premio que solo se gana tras un esfuerzo.

Este condicionamiento puede llevarnos a experimentar ansiedad, incomodidad o incluso culpa cuando simplemente… no estamos haciendo nada.

📱 Desconectar del trabajo (y del teléfono)

El descanso real implica una desconexión no solo física del trabajo, sino también mental y emocional. Pero esto no es tan fácil si:

  • Nos llevamos “pendientes” en la cabeza.
  • Revisamos mails o mensajes de trabajo.
  • Nos sentimos responsables de estar “disponibles” todo el tiempo.

A esto se suma la hiperconectividad: estar de vacaciones mientras seguimos comparándonos con vidas ajenas en redes sociales también agota.

😓 La culpa por descansar

¿Te ha pasado sentir que deberías estar “aprovechando” más el tiempo libre? La culpa por descansar es una forma silenciosa de autoexigencia. Frases internas como:

  • “Estoy perdiendo el tiempo”
  • “Debería estar haciendo algo útil”
  • “Cuando vuelva tendré mil cosas acumuladas”

Estas ideas sabotean el disfrute y pueden derivar en un descanso interrumpido o superficial, lo cual alimenta el burnout.

🌿 ¿Cómo permitirse descansar de verdad?

Aquí algunas claves que puedes empezar a practicar:

1. Redefine tu descanso

No es pasividad ni pérdida de tiempo. Es una necesidad biológica, mental y emocional. El descanso no es un lujo, es autocuidado y es necesario.

2. Ponte límites claros

Si estás de vacaciones, no respondas correos ni mensajes laborales. Puedes dejar un aviso automático y coordinar previamente con tu equipo.

3. Gestiona tus expectativas

Las vacaciones no tienen que ser perfectas ni súper productivas. Permitete momentos de aburrimiento, quietud, improvisación.

4. Desconecta del ruido digital

Intenta tener momentos sin pantalla. Leer un libro, caminar, contemplar. La mente también necesita silencio para regenerarse.

5. Escucha tu cuerpo

Dormir más, comer diferente, moverte según lo que necesitas. El cuerpo sabe cómo recuperar energía si lo dejamos guiar.

En resumen…

Descansar no es dejar de ser productivo. Muy por el contrario, es una forma de cuidar la energía que necesitamos para sostener nuestros proyectos, vínculos y bienestar a lo largo del tiempo y de todo el año. Vivimos en una sociedad que nos empuja a estar en constante acción, a llenar cada minuto con tareas, metas y logros. En ese ritmo acelerado, muchas veces se pierde de vista que el descanso no es una pausa del “hacer”, sino una parte esencial del vivir.

Permitirse frenar no es un signo de debilidad ni sinónimo de ser vago. Es un acto de madurez emocional. Saber cuándo necesitamos parar, reconectar contigo misma y recuperar fuerzas es parte de una inteligencia emocional profunda que nos protege del desgaste y nos devuelve claridad mental.

Este verano, en lugar de correr detrás de una agenda cargada de actividades o de intentar “aprovechar” cada momento al máximo, te invito a hacer algo más simple, pero profundamente transformador: animarte a simplemente ser. Estar presente, soltar las exigencias, abrazar los momentos de calma, aunque sean incómodos al principio.

Desconectar no es perder el tiempo. Es regalarte la posibilidad de volver a vos, de escuchar tu cuerpo, tu mente, tus emociones. Es recuperar el equilibrio interno que tantas veces se sacrifica durante el año en nombre de la eficiencia.

A veces, el descanso más reparador no viene de cambiar de lugar, sino de cambiar la forma en la que nos tratamos a nosotros mismos. Permítete parar. Permítete no ser productivo por un rato. Permítete descansar sin culpa.

Porque cuando te das el permiso de descansar de verdad, no estás abandonando nada importante. Estás cuidando lo más importante: tú.

Si te sientes identificada o identificado, desde la Web de Salud Integrativa Marian del Álamo podemos ayudarte.

Un abrazo fuerte.

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