Estrategias de indefensión aprendida

Como bien dice su nombre, la indefensión aprendida, es aprendida. Por lo tanto, vamos a tener que trabajar para “desaprenderla”. Para ello, tendremos que reestructurar, modificar, cambiar las creencias que la mantienen.

En este post, voy a ayudarte con alguna estrategia, pero, por supuesto, si lo necesitas, contacta con nosotras para que te podamos ayudar mucho más.

Como explicamos con anterioridad en el post de enero, la indefensión aprendida es creer que no vas a poder hacer frente a una situación, que no vas a poder “defenderte” de un cierto acontecimiento, debido a que en el pasado no pudimos, y hemos “aprendido” que esta vez tampoco podremos hacerlo.

Por tanto, vamos a tratar de deshacer esas creencias que, a día de hoy, están arraigadas y no se ajustan a la realidad.

¡Vamos allá!

  • No te etiquetes con el “no puedo”: Si te invalidas con esta etiqueta, repitiendo que no puedes, que no eres capaz o que no lo vas a conseguir, al final terminas creyendo. Recuerda que la única herramienta que tenemos para acceder tus pensamientos es el lenguaje, así que vamos a darle el uso correcto. ¿por qué tú no vas a poder? Eres una persona capaz y válida.
  • Alternativas distintas: la indefensión aprendida se aprende a través de la repetición de circunstancias que te hacen creer que esta es tu única realidad, en terapia planteamos alternativas a esta creencia, de esta forma serás capaz de darte cuenta que no es tu única realidad.
  • Actívate de nuevo: Es normal abandonar o dejar de hacer actividades que antes se hacían, debido a la indefensión. Esto solo hace que se retroalimentan más tus creencias erróneas. enfrentarse a una situación es la solución. por supuesto, si hacen falta nuevas herramientas, se aprenderán en consulta.
  • Marca límites y comunica: Muchas personas se suelen identificar con un estilo comunicacional pasivo. Es decir, priorizan los derechos y necesidades de los demás frente a los suyos. Por ello es importante aprender a comunicar de forma asertiva, priorizando nuestras necesidades y marcando así limites sanos y necesarios.
  • Para y analiza: trata de averiguar las sensaciones y las emociones que te llevan a poder identificar y tomar conciencia de una situación  en la que estás actuando de forma pasiva. ¿por qué creo que no puedo defenderme? ?Qué herramientas tengo para hacerlo? ¿cómo podemos pasar a una comunicación asertiva y marcar límites priorizando? 

Referencias Bibliográficas: Myers, D. G. (2012). Exploring Social Psychology. New York: Mc Graw Hill.

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