La indefensión aprendida genera mucho malestar. Poder identificarla hace que podamos trabajarla. Por aquí os dejamos algunas señales:
- Pensamientos rumiativos de resignación pensar que jamás podrás conseguir algo, que siempre estarás a la deriva de la pasividad, creer que nunca podrás cambiar una situación y que únicamente depende del exterior y no de ti.
- Ansiedad: Esta emoción nos avisa de que algo está pasando. en este caso el creer que no te vas a poder defender de sucesos o circunstancias desagradables tiene consecuencias, y la ansiedad florece. Además esto provoca que estén siempre alerta y a la expectativa.
- Miedo constante e irracional: cuando un acontecimiento es desagradable y además es incontrolable genera miedo, pero si además tienes la firme creencia de no poder hacer nada ante él, el miedo se multiplica. por ello se anticipa que pueda ocurrir una circunstancia o acontecimiento así, generando miedo y vigilancia ante el hecho de que ocurra.
- Estado de ánimo bajo: esta actitud de pasividad, junto con la ansiedad y el miedo, puede generar que el estado de ánimo decaiga.
- Bloqueo: ante este tipo de situaciones las personas tienden a bloquearse y a creer que no pueden hacer nada, realmente es que en muchas ocasiones no saben cómo hacerlo. No hay afrontamiento y no hay búsqueda de soluciones.
- Falta de motivación: si crees que todo lo que pasa tiene que ver con el exterior y que tu no puedes hacer nada para cambiarlo, es lógico que la motivación se vea afectada.
¿Te identificas con alguna? Si todavía no tienes claro qué es la indefensión aprendida, puedes leer el post dónde te lo explicamos.